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diumenge, 7 de febrer del 2010

chapittre nº1 (continuació 2)

Le harían falta al menos diez minutos para llegar hasta allí.La temperatura había bajado y la piel desnuda del chico se cubría de placas grumosas. Se aceleró intentando mantener un ritmo rápido. Ahora que se alejaba del bosque, no oía ningun ruído más,sólo sus pies sobre la hierba con piedritas que se extendía hasta las montañas.
Aku recordaba que Vieille le habia prometido un dia que ellos volverían allí donde él había nacido,allí donde ella le había encontrado,detrás de las montañas, en otro lugar.
Desgraciadamente jamás había podido hacer ese viaje. Vieille no veia prácticamente nada, apenas podía desplazarse. Ella sólo lo tenía a él .Y él sólo la conocía a ella, la Vieille.
Vieille contaba los dias,cada vez que el sol salía, cada vez que la luna aparecía. Ella le había dicho algun tiempo atrás que él tenía diez años. Ella decia tener noventa y cinco. Ella le había explicado la diferencia con astillas de madera. Para Aku había sido fácil alinear tantas astillas como dedos tenía en las manos.Vieille habia hecho nueve pequeños montones de diez y uno de cinco, a ella le habia llevado algún tiempo porqué su vista no era buena y se fiaba únicamente del tacto.La anciana Vieille le habia asegurado que había sido un día como Aku, peqena, ágil, cuando ella sólo contaba con diez astillas. A Aku le había costado creérselo. Mismo en sus más lejanos recuerdos, sólo veía a Vieille como era en la actualidad, seca y pequeña, gris y arrugada.

Aku corría como un sonámbulo. Intentaba llegar antes que la noche fuera mas oscura.

A-Ya he llegado, resopla él, para sí mismo.

El chico no oye el aletear delicado de los vampiros que vuelan no lejos de él y ralentiza su paso, demasiado seguro de estar fuera de peligro.
Entonces el animal peludo y nervioso se deja caer sobre su espalda, el chico rueda a tierra sin comprender lo que va a ocurrir.
Arañazos en los costados y un cosquilleo erizado de bigotes espesos busca el camino hacia su garganta. Aku grita y se revuelve con energía. La lana de la chaqueta le molesta pero sus dos brazos se levantan para quitarse de encima las alas del vampiro que le cubren como una capa.El vampiro era todavía joven y no debía ser un cazador experimentado.
Entonces cuando el animal amenazaba en romperle los huesos, Aku consigue pasar por debajo de su cabeza y enviarlo a algunos metros de él. En vuelo, los vampiros son peligrosos, pero en tierra son fáciles de combatir. Éste era todavía peqeño y Aku adivinaba su silueta agitada que, cansada de batir las alas intentaba darse la vuelta sobre su panza. Aku lleva la mano izquierda a la cintura y saca de su zurrón el cuchillo que se habia fabricado con un trozo de metal. Sin dudar lo alarga hacia el vampiro y lo impide para siempre volver a volar.

A-Nunca he comido un vampiro, murmura el chico, no se si está bueno. Pero las alas serviran de cuero solido y con las garras y los dientes me haré un collar.

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