La anciana se levanta tras la fanfarronada de Aku. Ella sabía perfectamente que el chico no tenia miedo a nada, porque él no sabía muchas cosas. Ella tampoco tenía mucha sabiduría.Durante años,los libros habían sido su unica manera de aprender,en la época cuando ella vivía al otro lado de las montañas, en la ciudad, antes que los ratus lo invadieran todo.
-Ven cerca de mi,tendremos calor. Comeremos manana dice Vieille.
Aku suspira. Su estomago grune un poco pero obedece. Confiando en su oido,sigue la dirección que lo indica la respiración de Vieille y encuentra el camastro donde se ha instalado su compañeera.El niño se desliza bajo la manta rugosa de pieles de laps después de haber dejado cerca suyo su zurrón,su arco y su carcasa de flechas y sobretodo el vampiro que ha matado.
El sueño comienza a llevarlo cuando escucha a Vieille protestar.
-Aku, podias haber dejado el vampiro a la entrada. No huele bien
***
A la mañana siguiente Aku se levanta tarde. Se siente aun un poco cansado porque Vieille no ha cesado de moverse durante la noche haciendo su sueño desagradable.
Ella había soñado. Le ocurría cada vez mas frecuente. A veces gritaba. Hablaba de una ciudad y de criaturas que ella llamaba los ratus. Vieille le habia explicado que una ciudad era un lugar inmenso lleno de guaridas como la suya y lleno de gente como ellos,Akus,Vieilles,Vieilles cuando eran pequeñas como Aku y Akus viejos y arrugados como ella.
El chico había tenido dificil en imaginarlo.
Sin embargo,jamás Vieille le habia hablado mucho de los ratus. Ella le había solamente sugerido que se parecían a los vampiros pero sin alas, que vivían durante el dia y eran muy malvados e inteligentes.Que atacaban a los hombres.
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